La intención de la cárcel…

La intención de la cárcel es quitar la libertad de tránsito aislando y permitiendo al Estado manejar a un individuo por motivos de interés social. Es una institución que cumple con quitar la libertad de tránsito al individuo por vía de coerción directa.

Si al estado y a la sociedad le sirve esos es algo discutible, si la noción de pena y castigo permite influir en el  sujeto y su relación con su sociedad es algo aún más dudoso. Pero el hecho de que le sea retirado a uno su libertad de tránsito no es poca cosa y como seres vivos, orgánicos, psíquicos y sociales aislar al individuo, restringir su movilidad, aislarlo de sus grupos sociales o comunitarios preferentes  e integrarlo en una institución como parte de un mecanismo, burocrático e industrial no es poca cosa; trastoca toda su integridad.

Mi celda tiene 4 camastros, 2 anaqueles, 1 regadera y una taza de baño con lavabo en un espacio de 3.5 x 3.5x 3mts aproximadamente. La vida de cuatro personas, incluso de sólo una, en un espacio tan reducido no es sola de un incómodo descanso. El encierro poco a poco mina la mente y la voluntad, el aburrimiento y las mismas caras día con día van ensombreciendo la lucidez y la creatividad, la cárcel como un lugar de encierro, aun cuando los derechos fundamentales estén cubiertos, tiende a dañar la mente de cualquier humano. Muchas personas viven con el mito de que el encierro sirve para que un criminal piense y reflexione en su hecho; que gran error: lo que alguien pueda pensar de las razones que le traen a este lugar es algo que se da en los primeros días de la reclusión. Con el tiempo la mente tiene que readaptarse y la mentada reflexión tomara sus propios derroteros muy al margen de la intención de los que quisieran que el inculpado sufriera una especie de arrepentimiento. Sin movimiento, sin estimulo, la mente deja de pensar proactivamente, se atrofia, se deprime, se daña. La vida en la cárcel no puede ser aislamiento porque sería en automático, un fracaso. Cuando los presos pasan a población se les busca integrar en otra sociedad donde la locura de la cárcel no pierda todo sentido.

Sin movimiento los músculos poco a poco se atrofian contribuyendo a la pesadez y depresión general. El sistema digestivo sufre de la falta de movimiento alterando el ritmo gástrico del individuo. Tanto el trabajo como el ejercicio y alguna forma de entretenimiento se vuelven necesarios para no deshumanizar a la persona antes que reformarla.

En cana la percepción subjetiva del tiempo cambia profundamente. Si el individuo no se ocupa y encuentra un ritmo de vida los días se tornan iguales, las horas desaparecen prácticamente, se vive un letargo que trastoca todo el organismo en su cuerpo y psique hasta perder la noción de si mismo.

Sin el contacto cotidiano de otras y variadas personas, sin acceso a las medios de información, sin la sociedad en general, la vida fuera de la cárcel existe como un sueño informe no muy claro que sucede a través de las voces de la visita y de los nuevos. El mundo se retrae a como lo vivían los humildes tatarabuelos; en una inmediatez poco concebible para cualquier habitante de una urbe hoy en día y agravado por la posibilidad de conformarse con esta mínima de supervivencia.

La prisión es un entorno de agresividad, de rencor, de soledad y aislamiento. No por ello piensen que es como en las películas. La cárcel es el mismo  mundo corrupto y valioso que esta fuera de sus paredes, solo que con las pasiones y las ambiciones más a flor de piel. Eso me ha traído reiteradamente a la cabeza un pensamiento en estos días: una parte importante de nuestra libertad es la posibilidad de huir de la misma, renegar de nuestra propia libertad y escapar de sus responsabilidades es un lujo o un derecho que se tiene fuera de aquí y que muchas veces sobreexplotamos hasta la evasión hasta el hartazgo.

Al reducir las posibilidades de ejercer la libertad, el acotarla, la cárcel enfrenta al recluso con su libertad más íntima, con su yo; no piensen que por ello se sume uno en la reflexión. Esta no necesariamente ayuda y menos si es acompañada de la ignorancia. Las personas no encuentran en ese borde más que dos soluciones: o se abandonan de sí mismos o se reconstruyen a través de la voluntad y de la fe.

Los presos no hacen ejercicio nada más para verse malos o imponer su autoridad. El ejercicio es una manera de oración para entretener la mente, para no dejar que se mine el cuerpo, para conservar la vida, la dignidad y el orgullo cuando el Estado le despoja de buena parte de sí mismo. La cárcel como todo entorno de vulnerabilidad, es un reflejo de la sociedad  en que se halla solamente que hace más evidente sus carencias y contradicciones.

También los hay que se dejen morir como personas, viven en la pobreza aquí dentro desamparados de sus familias y de sí mismos  apenas sostenidos por la institución.

Un sistema penal con un cuarto de millón de personas encerradas no es la muestra de que el sistema judicial funciona sino de que nuestra sociedad no lo hace.

Hay personas olvidadas aquí dentro tal y como los hay allá afuera en tantas esquinas y banquetas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

H. consejo técnico: quisiera informar y hacer de su conocimiento las causas de mi detención y acusación por los delitos de: ataques a la paz pública y asociación delictuosa.

Antes que nada me reivindico totalmente como un estudiante libre, con ideas independientes. No pertenezco a ninguna asociación u organización criminal. Estudio bachillerato en el colegio de ciencias y humanidades plantel vallejo, y he concebido mis acusaciones como una adjudicación de delitos falsos.

Cabe mencionar la delicadez de la situación actual. He recibido amenazas por parte de la gente que me traslado al reclusorio, además de las graves extorsiones y situaciones adversas dentro del mismo, y que atentan contra mis derechos tales como: faltas en el proceso y violencia en el arresto. Temo por mi seguridad dentro de la instancia, por el cual pido de favor protección en el área de ingreso como método de protección para mi integridad física y psicológica. Me considero bajo todo lineamiento político, como preso de conciencia. 

Deja que tus pensamientos fluyan por tus manos...