He estado escribiendo pero con el vicio y la facilidad del Facebook realmente no me he preocupado por transcribirlos para acá. Es más: estoy convencido de que msi poemas son completamente malos por lo que no deberían estar aquí. Pero bueno, no se me ocurre nada mejor, no son días tan chidos (¿cuándo lo son? me preguntarán) pero yo sigo y sigo escribiendo aunque ya empiezo a estar tan confundido que creo que estoy cerca de dejar de escribir. Aunque otras veces he creído eso y no ha pasado, veamos si todos estos cálices un día nos dejan algo bueno por aquí. Vale quedo de ustedes y si no les gustan miéntenme la madre con confianza, si por el contrario les agradan, créanme que les agradeceré aunque sea un comentario. Como es usual recuerden que tengo ínfimos conocimientos de ciencia poética así que no pidan peras al olmo aunque si tírenle piedras a ver si así se va esforzando (Nota: están ordenados del más reciente al más antiguo).
Despertar y ver el mundo
ahogarse en el pánico y la desesperanza
ver la luz emerger de todos los rincones
entregarse al vacío y la palabra
ver el apogeo del día hiriente
inflamarse con sueños y serpientes
ver la inevitable caída de la noche
diluyendo las alegrías siempre efímeras
y al fin sentir los ojos pesados
entregarse por igual al sueño y a la muerte
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Quiero perder los ojos incrustado a tus pezones
y ahogarme en el más impúdico de tus rincones,
entibiar mis manos estrechando tu cintura
intentando descifrar de la forma tu figura.
Besar tu cuello y aferrarme con los labios
del cabello alborozado al final de tu cabeza,
bañarme en tus latidos recostado en los atrios
suaves y carnosos que son tus pechos, tu maleza.
Deseo asediar tus muslos con mordidas traviesas
y limpiar con mi lengua todas las heridas abiertas,
respirar palmo a palmo el sudor de tu espalda
con la misma insolencia con que aparté tu falda.
Estrecharme contigo como olas y acantilados
revoloteando cual gaviotas nuestras manos
intentándo inútilmente ser uno y no ser ambos
vivir la tormenta y al final morir y separarnos.
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Me voy a olvidar de ti
cuando el telón caiga en mis ojos
dejándo de quererte
cuando el corazón ya no se esfuerce,
me voy a olvidar de ti
cuando el cielo se pelee con las nubes
y voy a maldecirte
cuando el sol se detenga en lo más alto,
me voy a olvidar de ti
cuando el espectáculo al fin termine
ya no escucharé tu nombre
cuando los pájaros cesen sus trinos,
me voy a olvidar de ti
y ya sin tiempo no podré arrepentirme
siendo libre al fin
para decirte cuanto te quise.
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En los prados muertos
susurran fantasmas
infancias ahí guardadas
que dejaron alegrias
como juguetes olvidados
en el desván de la vida.
Los días en que el sol intenta hacer arder la hierba
el alma se abraza bajo la llama del odio,
se respiran traiciones hasta en las briznas de polvo
y se dibuja el beso de judas en el lienzo cotidiano,
la envidia inunda el clamor de las manos
mientras la voluntad sucumbe ante el fracaso,
aun ante el perfume de las flores no se disipa el asco
y ni con su tonalidades se difumina la tristeza.
Las uñas rasgan pieles imaginarias
buscando descargar su ira en otras palmas,
quisiéramos arrancarnos los ojos condenarnos
a no ver la belleza que en este día nunca pudimos ver,
caminar hasta que las plantas de los pies lloren
gotas de sudor y sangre que tiñan los montes,
contagiar nuestro enojo a las bestias
iniciando la vulgar fiesta de la justicia ingenua.
Es la soledad amarga buscando rostros en las conchas
en las olas del hastío que ahogan la cabeza,
rítmicamente los tambores resuenan en el oído
la vista se nubla bajo el manto del olvido,
el pánico y la soberbia se tornan uno en su combate
buscando la muerte nada puede importarte,
excepto ese pequeño rincón de oscuridad dulce
nacida de tu recuerdo, de tu regazo, de tu embuste.
Porque me gusta ver tu cuerpo al caminar
por eso te deseo con el rabillo de la mirada
y te anhelo secretamente en mis desvelos
miro tus retratos y te reconstruyo en la memoria.
Las líneas delicadas de tu cuerpo son ritmos
que como versos hablan de las arenas extensas
las que abarcan dulcemente playas y desiertos
y enceguecen con dicha a quien las observa.
Me gustas te dirá una y otra vez mi mirada
y a coro lo repetirán las sonrisas que me arrancas
ojalá que no quede en el silencio este deseo
para algún día reconocer tus olores y tus afectos.
Uno puede contar
cosas muy crueles del amor
achacarle sin piedad
locuras, razones, desazón
inventar causas, consecuencias
mitos fábulas, hasta un son
y el amor es todo y nada de ello
es un piano en un oscuro salón
tocando una melodía sin ritmo
sin clave, sin notas, ni dirección.
Lo que los poetas de él dicen
se lo lleva la marea, lo quema el fuego
los discursos de los entendidos
son como robles en un peñasco
hasta lo que lo que los amantes pronuncian,
al contacto desnudo de sus cuerpos,
no son sino estrellas fugaces
que se desvanecen en el cielo.
Si me atrevo a profanar
la naturaleza informe de amor
quiero quedarme sin voz
callar el engaño y el monzón
que sigue al amante suicida
ese que insolente reclama a porfía
palabras y mentiras de la afección
para darse fé en su aflicción.
Cuando éstas residen en mi esperanza
hasta la libertad se ríe del embustero
que ocasiona semejante revuelo
cuando por alguien nuestro corazón danza
burlándose de nuestro banal deseo
de llegar a ser uno en otro
hasta que avergonzado ve que el añoro
se borra en el subterfugio de un beso.
Nada por decir nada por narrar
de las tristezas ajenas no me voy a preocupar
las multitudes seguirán cruzando
las calles y los túneles, los puentes y los patios,
y yo seguiré vagando
buscando mi fantasma
y mi realidad.
Entonaré los himnos
sin creer en ellos,
miraré a los rostros
sin burla pero sin respeto,
caminaré buscando inútilmente
el fin del mundo
sabiendo que le doy vueltas a la vida.
Te miraré a los ojos
cada jueves, mediodía
amaré mi orgullo necio
y detestaré mi lozanía
avanzando entre murmullos inertes
eructados de bocas inconcientes
me burlaré de sus verdades.
Aprenderé a despreciar la vida
y a detestar el respiro
idolatraré mis dioses falsos
en los que no creo
los que no me fallan
mientras espero con ingenuidad
la dicha y la alegría burlonas pero sagradas
Pare, siga
compre, venda
mírenos, obedezca
el mundo va al abismo
más blanco y más hermoso
que nunca han visto los hombres
habrá que seguirles la huella arrastrado
No me rendiré
ni aun con este cansancio
no te daré el lujo
de burlarte de mi derrota
de todas formas patética es la muerte
para todos los que luchan y son héroes
incompletos y malsanos que nunca triunfaron
Si vas a burlarte
atrévete a hacerlo sobre mi tumba
no cualquiera puede
te lo advierto
cuando se miran en la loza
descubren un espejo
donde se miran los demonios cual simbionte
Me despido por ahora
un beso un abrazo
no traigo otro regalo
ni siquiera sinceridad te ofrezco
mounstro de mil máscaras soy
debes saber es mi cualidad y mi defecto
pero te deseo lo mejor, en la tumba, y en el cielo.
¿En qué momento me empezó a gustar la vida que no termina de gustarme y no dejo de sufrirla?
¿En qué momento empezó a gustarme la vida?
¿Acaso cuando vi el color de la alegría
en tus ojos encerrado cual fuego de sibila?
¿O cuando escuché en tu risa del sol su melodía?
Creo que fue al aprender a discernir
en el ruido las pausas, los tiempos, las notas
en el cielo los matices, las sombras y perspectivas
en el aire las fragancias, los olores, las desdichas.
Las ganas de vivir no son una fuente eterna
el agua se seca, se acaba se enturbia
y cuando toco tu mano se renueva su frescura
inyectándome la droga que me mantiene en esta vía.
Y es que la vida es otro de esos viejos vicios
a veces te haces tan adicto a ella que pierdes los estribos
hieres y lastimas sin temor ni freno alguno
embriagado como estás en el baile y regocijo.
Quizás dentro de mí el vital impulso se retuerce
atrapado con cadenas de costumbres, miedos, meses
el roce de tu piel le da renovadas fuerzas a ese mounstro
o tan solo tu caricia me inunda de dulces dichas poco a poco.
Mas no dejo de sufrirla pues bien vale contenerse
pensar lo que queremos y proteger a nuestra gente
avanzar con paso firme y no correr rompiendo esquelas
cuando ni siquiera hemos sellado la tumba del difunto.
Sufro la vida por el tiempo y la distancia
por las inequidades que se suceden sin tardanza
por el pecado del error que llevo a cuestas
que se expresa herida por mis manos siniestras.
Inevitable caigo en el pozo absurdo e insondable
del que trata de contemplar guijarros en la noche
distinguir a los hombres en medio de hipocresías
y estúpidamente amar en medio de cavilaciones.
Yo escribí denunciando las voraces persecuciones
de nuestro miedo a morir, pasar hambre o soledades,
escribí buscando un orden cristalino y perfilado,
pero nunca tiene orden ni desdicha el ser amado.
Y sé que el corazón me engaña y la mente se resiste
amar es esperanza y aventura de todo hombre libre
pero los héroes se vuelven tiranos y envejecen
los amores se marchitan y se secan invisibles.
¿Y si no? ¿Y si aun hay historias que deben escribirse? La vida no termina de gustarme y ya escribo a los bardos.
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Pero miento
he vivido
y mi corazón palpita incansable
soy culpable
se han derramado lágrimas
en mi nombre impregnadas,
solo eres un pretexto
para enarbolar ideales
¿Es eso un pecado?
es hacer costumbre de las falsedades.
No es tan malo
tratar de amar
como Isolda a Tristán
y al tiempo guerrear
contra la injusticia y la deslealtad.
Pero mientras sufro en ti
aparte vivo y sigo
construyendo felicidad
con quimeras lacerantes
que desgarran
corazones ajenos.
Soy un falso
violando mis leyes
manchando mi pendón
y en tu nombre
escapando del dolor
con recriminaciones falsas
felicidades asépticas.
Me estoy engañando
y me contradigo
es la señal
de estar vivo
no quiero que esto pase
al estrecharte tiernamente
mas no serás ideal
que perturbe mi frente
atreverse a vivir
no necesito
vivo estoy
¿qué más pido?
¿Vivir en ti?
¡que idilio!
No, mejor la muerte
me niego al cariño.
¡Dolor mátame!
Termina el sacrificio
haz que los latidos se agoten
y el mundo se envuelva en niebla.
¡Castiga mis errores!
no quiero piedad sino incelemencia
demuéstra que el tiempo
es el único juez que me alimenta,
mi aterrida alma
mi enclaustrado pensamiento
mi conciencia culpable
están cansados del palpitar de las venas.
No me permitas contemplar
la felicidad de otros
ambigua como todos tus designios
dicha propia de los vivos.
No permitas esta hipocresía
que dibuja una sonrisa hipócrita
cuando salgo a la calle y avanzo
saludando gentes saludando hermanos.
O saludando amores
que no aman al descalzo
que busca muerte y libertad
y por ello nunca sabrá de abrazos.
¡Dolor ya mátame!
¡ya dale fin a mis respiros!
vivir así no tiene sentido
perseguir la llama en medio del frío.
←·= §icariv§ ♂ D3VX =·→