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Pobreza y oficios: computadoras.

 

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Hace 16 años, cuando empecé a estudiar más acerca de la reparación de computadoras, este sector se perfilaba, en todos sus ámbitos, como una de las más grandes promesas profesionales. El hecho de estudiar computación en cualquiera de sus ramas prometía otorgar un empleo y un ingreso seguros, sin embargo con los años esta afirmación se ha convertido en algo muy relativo. Sin lugar a dudas el mercado y los campos donde las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) se están aplicando han aumentado exponencialmente durante los últimos cuarenta años y esa curva de crecimiento está lejos de detenerse. Incluso algunos estudiosos le dan el nombre de tercera revolución industrial. Sin embargo es necesario preguntarse cuáles han sido las consecuencias de esta industria.

Varias de las consecuencias sociales y ambientales ya son evidentes y han sido profusamente denunciadas. El proceso productivo que inicia en las minas de países pobres para extraer materiales semiconductores o hidrocarburos termina en los tiraderos tecnológicos de China y África y a lo largo de todo el proceso deja, en su mayoría, una estela de problemas causados por la explotación, la corrupción, la delincuencia, los monopolios, el consumismo, entre otros factores.

Esto no quiere decir que la tecnología pueda y mucho menos deba verse como un enemigo de la vida y bienestar humano. Desarrollada como parte del conocimiento tecno-científico, impulsada por el mecanismo productivo y de mercado capitalista y aprovechada por un sin fin de actividades humanas, las TIC han potenciado las capacidades humanas hasta límites insospechados. Y aún cuando muchas de esas capacidades son éticamente discutibles y moralmente reprobables también han permitido generar mecanismos de resistencia y proponer respuestas éticas y políticas importantes aun en el mismo campo de estas tecnologías. En este texto me quiero centrar, sin embargo, en un punto rara vez contemplado por la gran crítica a los problemas de las industrias digitales que es el problema laboral generado en las partes intermedias del proceso y, particularmente, en las carreras técnicas relacionadas con la computación en el centro de México.

Desde hace veinte años existe en México un discurso acerca de los beneficios laborales de las TIC. Durante buena parte de los ochentas y los noventas este discurso consistió en promover las carreras relacionada con las ingenerías en computación y programación que permitieran ir implementando las nuevas tecnologías dentro de las grandes empresas y el gobierno como clientes inmediatos. Ya en los noventas y a principios del nuevo milenio el discurso se trasladó a las licenciaturas y carreras técnicas que permitirían crear una fuerza de trabajo necesaria a medida que se expandiera el uso de las TIC a los pequeños consumidores. Finalmente a lo largo de la última década hemos visto como se ha puesto de moda el promocionar la enseñanza de computación a niños y adultos con tal fuerza que incluso se ha vuelto un capital político aprovechado por los distintos niveles de gobierno y las organizaciones partidistas.

Podemos observar que la introducción de la educación digital no fue transversal en nuestro país sino que obedeció a una planeación que privilegió al gobierno y las empresas y que ha dejado de lado desde entonces a la población en general. Propiamente se creó primero un mercado de las TIC antes de empezar a educar a la población en su uso y beneficios. Esto parecería natural desde una perspectiva comercial pero desde una social y productiva no lo es. La falta de una educación adecuada y de programas públicos adecuados generó un mercado descontrolado y consumista que suele ir en contra de nuestros bolsillos, que genera un ejercicio indebido del erario y que al final sólo beneficia a las grandes marcas comercializadoras. De todo esto me gustaría ocuparme en otro artículo.

A mediados de los noventa y ante los tratados de libre comercio se empezaron a comercializar de forma masiva las computadoras de escritorio en México y se amplió de manera masiva el mercado. Poco después se promovió la creación de carreras técnicas que fueran en consonancia con esa ampliación del mercado y que fueron promovidas como la nueva panacea laboral. Cuando inició el año 2000 las computadoras eran un mercado en auge a tal nivel que se empezaron a crear nuevos referentes en torno a la distribución de productos o componentes. Hasta ese entonces el referente local único en el DF era la conocida Plaza de la Computación que en ese entonces tenía ya 13 años en funcionamiento.

Por otro lado el impulso de la educación técnica en TIC es el resultado de las modificaciones en el esquema educativo mexicano, particularmente en el conjunto de reformas que se inició en 1992 y que han seguido ocurriendo hasta nuestros días (una importante modificación se dió en 2008). Este proceso, en lo que respecta al sector al que me refiero, se dio a través de dos mecanismos: el primero fue obligar a las escuelas públicas a que incorporaran planes de estudio sobre estas materias acordes con las necesidades del mercado emergente, sin embargo, el problema fue que no se hicieron planeaciones integrales y la población de bajos recursos fue dejada de lado. El segundo mecanismo consistió en la infinitud de institutos, escuelas y universidades privadas de diversa calidad que se abrieron como parte de las reformas y en los cuales se instauraron y promocionaron las carreras relacionadas con TIC como formas rápidas y eficientes de obtener empleo.

Hoy está muy en boga ese discurso de las pequeñas y medianas industrias o negocios (pymes) tan promocionado con el marketing de Pepe y Toño o el cínico discurso de la microempresa y el autoempleo. En esta óptica se busca enfrentar el desempleo a través de convencer a las personas que el pequeño negocio es una alternativa plausible para solventar sus necesidades económicas. Este modelo donde hasta quien vende tamales es empresario es un mito y está ampliamente demostrado. Las carreras sobre tecnologías digitales no sólo forman parte de este esquema sino que, en buena medida, fueron pioneras en ello ya que fueron constituidas en momentos donde el neoliberalismo se estaba institucionalizando como política empresarial y de Estado, por lo que sus programas fueron construidos sobre la lógica de que tenían que crear una fuerza de trabajo flexible y móvil que pudiera solventar las necesidades del mercado emergente.

Los programas de estudio en este campo impartidos por la educación pública o privada suelen carecer de la preparación necesaria en materias sociales, cívicas y humanísticas que enriquezcan su desempeño profesional. En cambio, suelen verse acompañadas de una empañada de materias administrativas que carecen de calidad y que no muestran la realidad legal, fiscal, hacendaria, económica y de mercado que enfrentarán cuando intenten enfrentarse al mundo laboral. En cambio incorporan todo un discurso sistemático aunque no evidente de sandeces motivacionales en tono a la relación entre el individualismo y el empleo bajo la conocida fórmula de que el cambio del propio modo de vida está en uno mismo.

En lo que respecta a sus contenidos técnicos la calidad suele ser muy dispareja aún cuando los programas sean similares. Tanto las escuelas públicas como privadas suelen sufrir de una profunda desigualdad en torno al acceso a los materiales necesarios, la disponibilidad de profesores capacitados y la cantidad de horas teoría/práctica que se imparten en los planteles. Esas desigualdades se dan por factores como la ubicación de la escuela, la población hacia la que va enfocada, los costos de ingreso, los planes de estudio, etc.

¿Cuál es la realidad hoy de la mayoría de egresados de carreras técnicas relacionadas con TIC? Hay empleo, es verdad, ya que como dije anteriormente la curva de incremento de mercado dista de frenarse. Pero este empleo está basado comúnmente en el empleo informal, la subcontratación, la flexibilización laboral, los bajos empleos, el comercio informal, la piratería, la estafa y otras encantadoras joyas por el estilo. Particularmente en torno al armado, la reparación y el mantenimiento fueron apareciendo en barrios y colonias múltiples negocios o anuncios que ofrecían estos servicios ofrecidos por pequeños talleres que subsisten con mucho esfuerzo y que, más comúnmente, se inclinan por la diversificación de sus servicios al abrir un lugar de renta de computadoras u ofrecer la reparación de celulares y otros aparatos. En el empleo formal esta formación no es común ni bien remunerada ya que se oferta como personal de apoyo a profesionistas encargados de estas áreas o terminan sencillamente empleados por negocios precarios en el sector de ventas.

Este esquema de producción, educación y empleo fomentado por las empresas y los gobiernos, aun cuando pueda ser un paliativo para las personas, es un verdadero crimen y tiene nefastas consecuencias. En este empleo no es raro encontrar clientes que se quejan de sus experiencias con otros técnicos. A algunos les roban las piezas, les realizan sobrecobros, estafas, quedan insatisfechos por el servicio, etc. Los talleres técnicos suelen cobrar por la revisión del equipo (algo que a mi modo de ver es poco ético) para solventar la falta de entradas e imponer tarifas muy desiguales por sus servicios.

Esta situación se ve agravada por las características funestas del mercado tecnológico oficial. Particularmente escandalosas son las graves deficiencias que tienen las empresas de marcas reconocidas para dar cobertura técnica la cual se basa mayoritariamente en la sustitución física del equipo dentro del periodo de garantía. Las grandes compañías como HP, Toshiba, Samsung, entre otras suelen solicitar al consumidor que pague los costos de envío al extranjero de los equipos para poder darles mantenimiento, en su defecto tienen acuerdos de mantenimiento con talleres de mediano tamaño que cobran sus servicios a precios exhorbitantes. Al final de cuentas los consumidores pagan el precio: se encuentran a la deriva después del plazo de seis meses o un año de garantía sin poder hacer nada más que recurrir a pequeños talleres que no siempre tienen la posibilidad técnica de brindar soluciones integrales. Los compañeros técnicos independientes sufren de la falta de ingresos, de material y herramienta, la dificultad de poder actualizarse y realizar prácticas así como de las diversas vicisitudes referentes al mercado de insumos y la capacidad económica del cliente.

Claro que las TIC no se reducen al pequeño consumidor de productos de cómputo pero sin duda son una parte muy redituable del proceso. Cuando uno abre un catálogo de productos electrónicos, acude a alguna tienda minorista o realiza una cotización en línea suele encontrar productos de baja gama ya que por cada computadora de alta gama se venden decenas de equipos económicos que buscan alcanzar al grueso de la población mexicana. A esta demanda tecnológica del consumidor habitual mexicano hay que sumar la de celulares, tablets, consolas de videojuegos, equipos de comunicación, equipos electrónicos para contenidos multimedia, dispositivos para la reproductibilidad de contenidos y por supuesto los servicios de telecomunicaciones (televisión, radio, internet y telefonía). Todos ellos tienen, aparte de su dimensión laboral, económica y funcional, consecuencias ambientales (contaminación y manejo de deshechos), legales (los problemas inherentes a la piratería y la fayuca), entre otros.

Sabemos que no es algo exclusivo de aquellos que nos hemos dedicado a este campo técnico. En general la rama de servicios es el amortiguador económico del capitalismo actual y sufre de dificultades similares sobre todo en aquellos casos que involucran oficios relacionados con la compostura de bienes. Ya sean zapateros, sastres, plomeros, carpinteros, reparadores de aparatos o mecánicos todos ellos luchan por mantenerse en pie contra un sistema de producción y consumo que se esfuerza acrecentar la venta de productos terminados y hacer que las personas se tornen clientes dependientes y consumistas. Ahí, para muchos rubros, se ha instalado la lógica del compre, use y tire con todas sus desagradables consecuencias.

¿Podemos revertir esta situación? Es una buena pregunta que sólo tendrá respuesta cuando los intentos al respecto hayan rendido frutos. Pero podemos ir haciendo algunas anotaciones al respecto que no constituyen ninguna innovación ya que este no es un tema nuevo y se ha ido reflexionando a lo largo de los años.

En primer lugar hay que entender firmemente que las TIC han tenido su auge dentro del neoliberalismo y que por ende sus mecanismos de producción y comercialización son opresivos y explotadores. Tanto consumidores como trabajadores de este ramo debemos conocer y entender el proceso productivo de las computadoras para asumir sus consecuencias sociales, políticas y económicas. La educación en la materia va más allá de conocer los aspectos técnicos o utilitarios, debe estar acompañado de una conciencia en torno a la situación que vivimos y cómo somos partícipes de ella. Ahí es donde tienen mucho que aportarnos las ciencias sociales.

En segundo lugar hay que encontrar la manera de generar una mejor educación en torno a los aspectos generales de las TIC, su uso y su provecho. Por aspectos generales me refiero a muchos temas implícitos en el uso de estas tecnologías que no necesariamente caen dentro de los aspectos técnicos de la materia. Por ejemplo, en materia de salud física no se han incorporado como parte de los planes de estudio los temas acerca de las consecuencias a la salud por el uso prolongado de la computadora y medidas de seguridad. En materia de salud síquica y social también debemos hay mucho que discutir y enseñar en torno a las consecuencias anímicas y sociales que tiene el uso de las redes y los dispositivos. Y sobretodo hay que enseñar a la población a aprovechar las herramientas para que sean recursos efectivos en nuestro papel de ciudadanos con derechos, obligaciones y necesidades sociales específicas.

Otro rubro que he encontrado particularmente importante desarrollar en mis clientes se desprende de los anteriores y es el hecho de crear consumidores responsables de hardware y de software. Por esto no entiendo tan sólo entiendo a un comprador consciente del origen de lo que compra y de las consecuencias en su salud, en su entorno social y en el medio ambiente. También es necesario ir creando un consumidor crítico que tiene claro qué clase de producto quiere y para qué lo quiere. Alguien que no se pone pasivamente en manos del vendedor o del técnico sino que se mantiene, aunque sea someramente, informado acerca del mercado y sabe reconocer qué clase de productos se relacionan más directamente a sus necesidades. Esto reditúa no sólo en su bolsillo sino también en su entorno pues puede aprovechar mejor y durante más tiempo su equipo. Así mismo es necesario generar en el cliente una cultura del sofware en contra de los corporativos informáticos sin falsas condenas ni falsas promesas en torno a la piratería, expandir la cultura del software libre y del diseñado con una perspectiva social más amplia. Y esto no reditúa solamente en torno a los consumidores individuales pues ¿cuántos miles de millones de pesos del erario público se han tirado por la compra irresponsable de equipo y programas para dependencias públicas por falta de planeación o del personal necesario para mantener tales equipos funcionales? ¿Cuántos millones más por corruptelas y licitaciones amañadas?

Finalmente se necesita una educación técnica mejor planeada, más sistematizada, con mejores maestros, contenidos y herramientas. En primer lugar la tan pregonada educación en computación básica que promueven el gobierno y las escuelas privadas no es sino un fraude gigantesco en todo nuestro país. Es raro encontrar la escuela pública que tenga maestros de computación dedicados o suficientemente preparados y a pesar de que en los últimos años es cada vez más alto el número de escuelas con laboratorios de computación también es cierto que se carece del personal técnico y los recursos necesarios para mantener el equipo funcional y actualizado. Igualmente es raro que los programas de escuelas privadas, ansiosas a su vez por ver a los educandos como consumidores, den programas educativos completos para comprender qué es, cómo funciona y cómo operar un equipo a partir de las necesidades particulares y de las necesidades sociales.

En segundo lugar está el desarrollo de las carreras técnicas u oficios técnicos, desde el secretariado que ya incorpora conceptos de informática en algunas escuelas secundarias o bachilleratos tecnológicos, hasta los propios técnicos en materias informáticas o relacionadas con las TIC. Hasta el momento en general los programas educativos giran en torno a moldes de carreras generales con una visión pobre del proceso. Como ya apuntaba líneas arriba las escuelas públicas sufren de enormes carencias técnicas y los programas carecen de aspectos formativos (véanse los programas técnicos de la DGETI o de los CONALEP). En cambio las escuelas privadas, particularmente las que prometen titulaciones técnicas, son profundamente dispares en la calidad de sus contenidos, la disponibilidad de material y la capacidad para tener maestros adecuadamente preparados. A diferencia de otras carreras técnicas que se han visto golpeadas por el embate neoliberal las carreras en TIC nacieron dentro de esta lógica que es necesario subvertir para crear técnicos y profesionistas bien formados y educados con visión social de servicio, capacidad técnica y con los medios a su disposición para seguir mejorando sus conocimientos.

Por nuestra parte, como personal especializado esencial para que todo este proceso funcione, nos hace falta crear algo mejor que esta pobre educación administrativa y de negocios. Nos hace falta destruir esta visión del micronegocio, de la pequeña y mediana empresa la cual, aunque pueda sernos someramente útil para sobrevivir, en realidad solamente sirve a los grandes empresarios para perpetuar el despojo que hacen a la sociedad. Hay que transformar nuestras formas de organizarnos para no ser uno de los eslabones finales de esta cadena de consumo, para mejorar nuestra competencia contra el gran capital pero no con el objetivo de sustituirles en el despojo sino con el objetivo de tener empleos estables, dignos y bien remunerados para vivir, en los cuales podamos dar un servicio de calidad a un costo justo y accesible. Es necesario crear talleres donde se puedan dar cada vez mejores servicios de mantenimiento, donde se puedan recolectar, reciclar y reusar materiales y componentes. También urge crear programas y centros de actualización técnica donde se puedan dar las prácticas necesarias, es evidente que no hay mejor escuela que el trabajo mismo con el cliente pero aún así deberían existir más oportunidades para poder mejorar el conocimiento técnico.

Hay buenas propuestas y oportunidades en varios lados pero aún carecen de articulación y alcance entre la población. Las mismas necesidades de las grandes empresas han obligado a ir abriendo espacios a todos los ramos de las TIC pero la cadena de la pobreza no se ha frenado ya que, incluso dentro de las premisas del capitalismo, el mercado corporativo impide avanzar en esta materia. Las computadoras siguen avanzando y así como el consumismo sigue incrementándose, la expoliación de recursos naturales también, la explotación de todos los trabajadores del ramo permanece y la sociedad mexicana como consumidora o usuaria no ha desarrollado una cultura digital suficiente que le ayude a que estas tecnologías le ayuden a mejorar su vida de forma integral. Esta es, evidentemente, una reflexión general acerca de los problemas pero en la cual trato de encontrar, al menos, hacia dónde deben apuntar las soluciones.

Atte Ilia Adad.

KaOS – Mi distro de linux favorita

Hace muchos años me acerqué a Linux cuando las distros más conocidas eran RedHat y Mandrake. Aunque fue muy interesante conocer este sistema operativo también fue muy frustrante ya que aún muchas cosas se realizaban por línea de comandos y había muchos problemas de compatibilidad. Hoy los años han pasado y linux se precia de ir ganando terreno poco a poco al imperio de Windows e incluso el de otros sistemas operativos, no sólo gracias a sus conocidas características de software libre y el soporte de la comunidad sino también a la diversidad de distribuciones que han surgido y que se ajustan a los gustos y necesidades de los usuarios finales.

A pesar de ello he tardado muchos años en volverme a acercar decididamente a Linux. Hace uno años empecé a probar Ubuntu y comprobé que muchas cosas habían cambiado para bien de los usuarios como la disponibilidad de programas, la compatibilidad del hardware, la emulación de entornos de Windows y una menor dependencia del uso de la línea de comandos así como el centro de software. A lo largo de estos últimos años la accesibilidad y la funcionalidad a partir de los entornos gárficos se han vuelto no sólo la principal agenda de Linux sino incluso motivo de la creación de diversos desarrollos con diversas propuestas de distribuciones.

Sin embargo por ignorancia mía y al mismo tiempo por cuestiones propias de los mismos sistemas mi experiencia fue varias veces confusa cuando no frustrante. Luego de probar con varias distros sin convencerme del todo llegué casualmente a conocer KaOS hace año y medio y luego de todo este tiempo he de decir que es, sin lugar a dudas, mi favorita.

¿Qué es KaOS?

KaOS es un sistema operativo basado en Linux, que usa el entorno de escritorio KDE y que está basado en la arquitectura de 64 bits. Partiendo de estas tres premisas el objetivo de sus desarrolladores es ofrecer un sistema operativo de código abierto que brinde libertad al usuario sin por ello sacrificar calidad o enfrentarlo a una caótica avalancha de complicadas opciones.

Esto se logra con una distribución que incorpora dos notables características: es una distribución rolling release lo que significa que se va actualizando constantemente tanto en términos de seguridad como de estructura (a diferencia de las fixed release las cuales periódicamente publican distribuciones en las que pueden observarse cambios notables); además trae incorporados programas y paquetes que cumplen con las premisas mencionadas y que son puestos a prueba antes de ser incorporados al repositorio de actualizaciones buscando no poner en riesgo la estabilidad e integridad del sistema operativo.

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Escritorio de KaOS con fondo de pantalla tomado de nasa.gov

¿Qué fue lo que me gustó de KaOS?

  1. Sigo siendo un principiante en Linux y lo peor de eso es que en otras distribuciones encontrar la manera de reparar errores producto de una mala instalación, un error de compatibilidad o una mala actualización es un quebradero de cabeza. Claro que eso ya no es tan común gracias al desarrollo de las aplicaciones y a la automatización de las actualizaciones pero cuando se da puede dar al traste con el encanto de cualquier distribución. KaOS, en cambio, es un sistema sencillo y elegante que sirve por igual a principiantes que a usuarios avanzados. Para nosotros, los principiantes, nos ofrece un sistema funcional perfectamente preconfigurado en el cual las opciones cargadas tienen el respaldo de haber sido compiladas para el sistema desde su origen. En cambio, para los usuarios avanzados ofrece un entorno perfectamente configurable con la única limitante de sus tres premisas principales.
  2. El sistema es muy estable y sus errores son mínimos. A más de un año de tenerlo puedo decir que no he tenido problemas mayores y además tuvo, entre sus muchas virtudes, la enorme cualidad de ser la única distribución con la que no he tenido ni un problema de hardware teniéndolo instalado en computadoras fabricadas entre 2008 y 2010.
  3. Octopi, el administrador de paquetes por defecto, es infalible en el manejo de los repositorios que se dividen en tres partes: «Core» para los paquetes de arranque del sistema; «Main» para las bibliotecas, drivers y firmware y «Apps» donde se encuentran los paquetes manejados por el usuario. En el mismo administrador puede accederse a la lista de paquetes y programas disponibles en los repositorios (que actualmente llegan a más de dos mil paquetes) y las actualizaciones son constantes.
  4. Al instalarse cuenta con un conjunto de paquetes fundamentales para su uso en el hogar, la escuela o la oficina. Krita y Karbon en el apartado gráfico, Calligra en la paquetería (con la posibilidad de instalar LibreOffice desde Octopi), Clementine, Kamoso y SMplayer en multimedia  y Dolphin como el explorador de archivos oficial.
  5. A pesar de no ser, al menos en estos momentos, la distribución más popular tiene un muy buen impacto entre la comunidad hispanohablante gracias a un paquete de idioma español muy completo que permite la accesibilidad a todo el sistema operativo.
  6. Al ser una distribución dirigida me ha permitido ir aprendiendo poco a poco acerca de Linux sin perderme. La libertad para el desarrollador no se traduce en confusión para el usuario promedio. Además es una distribución perfecta para entornos educativos y administrativos gracias a su entorno de escritorio con barra de tareas y ventanas estilo Windows.
  7. El equipo que lo desarrolla tiene perfectamente claros sus objetivos y premisas. Eso se traduce en un soporte técnico confiable y directo a través del foro oficial o de las cuentas en redes sociales.

¿Cuáles son las desventajas (no defectos) de KaOS?

  1. Aunque es un sistema sencillo y accesible aún hay muchos elementos que distan de ser intuitivos. Tanto la configuración como el propio Octopi aún requieren de que el usuario novato le dedique un par de semanas a estudiar concienzudamente la estructura y funciones de estas partes.
  2. La disponibilidad exclusiva de paquetes desarrollados para el entorno KDE implica que muchos programas con los que el usuario común está más familiarizado no se encuentran. Quizá lo más notorio es el uso de QupZilla como navegador principal el cual es muy estable pero aun presenta defectos en su integración con Flash y Java (QupZilla tiene una muy buena integración con Vimeo y para ver videos de Youtube en alta definición KaOS incluye SMtube).
  3. De inicio el usuario puede echar en falta programas comunes como Skype o Pidgin, VLC o la disponibilidad de servicios como Netflix entre otros. Sin embargo puede encontrar soluciones a estos inconvenientes en el foro.
  4. KaOS, a mi parecer, no es una distribución para usuarios que no desean aprender ya que aún queda mucho por desarrollar. Por el contrario, es una distribución excelente para adentrarse en linux por su estabilidad, coherencia y respaldo.

Los invito a darle una oportunidad a KaOS y a contribuir con el desarrollo de este sistema.  Yo en lo personal me siento muy complacido con los resultados de este año y medio en el mismo, gracias a lo cual me he acercado con más confianza a otras excelentes distribuciones como Mint, Fedora y Ubuntu. Sin embargo creo que KaOS es no sólo una excelente opción para acercarse a Linux sino una de las mejores a elegir.

DESCARGA KaOS

KAosX

 

Atentamente Ilya.

Absurdas discusiones

La revolución informática que vivimos ha transformado muchas cosas en nuestras relaciones sociales. La inovación que han constituído las redes sociales ha permitido masificar por fin los contenidos digitales dando un paso adelante en la democratización de la información y de la sociedad. Sostengo que esto constituye un paso más en un proceso continuado durante toda la historia del hombre donde sus mecanismos productivos y transformadores han tendido a generar una red de comunicación que permite acelerar y optimizar los mismos mecanismos productivos en que se genera. El desarrollo de la escritura, del correo, de las rutas comerciales, de lenguajes de códigos y signos diversos, del telégrafo, el teléfono, el radio, la televisión y el internet, entre otros inventos que en este momento pudieran faltarme, ha sido parte de un proceso globalizador de los medios transformadores del entorno como causa y como consecuencia.

El resultado de ese proceso es que las personas que participamos de los procesos productivos como trabajadores o como consumidores vemos incrementadas nuestras capacidades cognoscitivas, es decir, independientemente de en qué se trabaje o dónde se viva las personas tienen, en desigual medida, acceso a cada vez mayores volúmenes de información. Esto, a su vez, tiene como consecuencia un mayor conocimiento de las posibilidades de acción que tiene el individuo, amplía su perspectiva sobre la naturaleza y constitución del mundo que le rodea, le dota con ello de mayor poder en diferentes esferas de su vida a través del desarrollo de habilidades y capacidades técnicas, afectivas, intelectuales, políticas, éticas, tecnocientíficas, etc. Con mejores capacidades y habilidades políticas el grueso de las sociedades tiene cada vez mayor peso en las decisiones que afectan al conjunto, la democracia se ha fortalecido y el sistema que vivimos ha sido, en buena medida, un resultado de este factor en específico.

Sin embargo esta democracia y esta masificación de la información también han tenido resultados adversos. La misma sociedad se ha masificado al globalizar no solo la información sino también las técnicas (a través de la estandarización), las formas de vida (a través del consumo), los valores (con los medios de comunicación), etc., creando una forma de vida común y más homogénea que se manifiesta particularmente en la hegemonía económica, política y axiológica de los contextos urbanos y sus formas de pensamiento; algunos dicen que occidental pero eso es algo que siempre se discute qué significa. Un problema presente en esta perspectiva es ¿qué fue primero? ¿La forma de pensamiento o la forma de vida? Creo que esto constituye una falsa apreciación a través de una división tajante entre la estructura teórica y la práxis transformadora, ambas son acciones humanas que se derivan una de la otra y que van mutando conforme van transformando el entorno que la exige y apreciando de diferente manera ese mismo entorno. Hay puntos nítidos o marcados en la transformación que el hombre hace del mundo y los denominamos revoluciones o teorías pero en general existe un devenir constante en todos los procesos humanos por lo que me abstendría de sostener indiscutiblemente frases como «el origen del pensamiento actual…» o «el hecho que modificó al mundo…» a pesar de ser necesarias en el discurso.

Por lo anterior considero que las personas durante toda la historia han tenido contextos particulares y los han enfrentado con herramientas físicas e intelectuales propias para el problema al que se enfrentan. La gradual globalización del conocimiento y de las herramientas han homogeneizado los contextos a través de la creación de herramientas específicas disponibles en múltiples mercados que permiten enfrentarse a contextos más variados y de herramientas generales que permiten que los retos se reduzcan en variedad y complejidad. Ahora un carpintero tiene por igual acceso a pulidoras para diferentes maderas por lo que ya no tiene que trabajar con una madera en específico, por otro lado el uso del bolígrafo elimina el uso de carboncillo, pluma fuente, pluma de ave, etc. De esta manera la complejidad y diversidad del entorno disminuyen pero jamás desaparecen. Al final de cuentas hay cosas que no pueden igualarse como nuestra situación específica en un contexto social, geográfico, climático, afectivo, físico, etc., por lo que siguen existiendo necesidades específicas y diferentes formas de ver, concebir y explicar al mundo.

Hemos logrado homogeneizar nuestras necesidades y nuestras herramientas en buena medida pero no totalmente, el sistema (empezando por el capitalista) necesita algunas diferencias para seguir funcionando y hay otras que no se han podido vencer o superar o que, sencillamente, no es necesario modificar. La globalización de la información ha dotado progresivamente a muchos seres humanos del conocimiento de formas de pensar diferentes a la suyas, de conocimientos con los que no contaba y que contravienen o trastocan su anterior manera de concebir y enfrentarse al mundo, pero lo que no ha logrado, a pesar de masificar a la sociedad y sus espectros de opinión, es unificarla. Haciendo uso de una analogía puedo decir que si bien cada vez más nuestras maneras de ver al mundo pasan por el filtro de un color determinado, cada vez surgen más y más matices de esa región del espectro; incluso con ese espectro único muchas de sus tonalidades son diametralmente contrapuestas.

La razón de la diversidad de opinión no se reduce a nuestros diferentes contextos, o no sólo se explica mediante ellos, es posible darle otras explicaciones como diferencia en nuestra constitución y estado anímico, intelectual, epistémico, social.  Sin duda hay limitaciones históricas y constitutivas a la aprehensión y transmisión del conocimiento que genera diversidad de opiniones al irse transformando el signo y el significante de lo que consideramos conocimiento. Ahí entran profundos problemas de psicológía cognitiva, neurociencias, problemas lingüísticos y de semiótica sobre el proceso de comunicación y aprendizaje y todo ello quitando el problema de la intencionalidad por la cual una persona puede mentir y ser origen de otra divergencia. En resumen creo que por más que se masifique la sociedad en su forma de pensar es imposible llegar a una uniformidad de pensamiento y, junto con ello, de acción.

La diversidad se hace manifiesta con las redes sociales de manera inmediata a cualquiera que tenga acceso a los medios de comunicación electrónicos. Estas redes sociales se han convertido en origen primigenio de la información en múltiples ámbitos y un referente para tener acceso a mayor cantidad de información en menor tiempo. Pero, al mismo tiempo, problemas inherentes a toda clase de creación y transmisión de información se han vuelto más acuciantes. ¿Qué tan confiable son las redes sociales? ¿Cómo enfrentar la diversidad apabullante de opiniones? ¿Cómo superar más fácilmente las barreras idiomáticas? ¿Cómo juzgar la información que leo?

Es imposible e irresponsable de mi parte dar una respuesta aquí. Por un lado porque creo en muchas tesis sobre el relativismo y el pluralismo epistémico, en la diversidad de opiniones, de culturas, de preferencias y de todo aquello en lo que se puede ser diverso; por el otro porque ello no significa que me conforme con esa diversidad sino que creo que hay que buscar y construir los puentes entre esa diversidad para apoyar la dimensión positiva del proceso comunicativo y globalizador del que hablaba arriba. Sin embargo estamos lejos de tener teorías unificadas al respecto y las que yo conozco las manejo aún de manera muy deficiente.

Pero un problema mucho más urgente, y que es origen de este escrito, es el caos que se ha convertido el uso de las redes sociales. Aunque los logros de las redes sociales son inegables sus alcances son bastante discutibles para cada individuo. Sin conocimiento de las formas de argumentar, de la información necesaria para seguir un argumento, sin tener argumentos para sostener determinados juicios ni la voluntad para seguir los argumentos ajenos, la red se vuelve (quizá como parte y demostración de que constituyen nuestro nuevo espacio social) comúnmente un lugar donde se trasladan las mismas peleas absurdas y faltas de contenido, repletas de descalificaciones y esquematizaciones, que se realizan en cualquier chismerío barriobajero. Y eso constituye un problema pues aunque tengamos más herramientas para fundamentar nuestras opiniones parece ser que tenemos mayores probabilidades de perdernos en el mar de información que se nos presenta y los usuarios de la red, los votantes electorales y muchos otros tipos de sujetos participante de una comunidad epistémica y de decisión optan por la cerrazón, la violencia, el abstencionismo, el desinterés, el egoísmo y la apatía como ejes rectores de su actuar en estos ambientes o situaciones.

En esta masificación también se masifica (valga a redundancia) constantemente la estupidez humana ocasionando conflictos absurdos que sientan precedentes para la anulación del discurso, para cesar la crítica bien hecha y elaborada. En lugar de clarificar contribuye a crear un caos en la identidad personal, social, política y epistémica del sujeto. Sin duda hay factores estructurales propiciados por las formas de comunicación. Ejemplo de ello es el Twitter, lo que puede funcionar como un medio para acelerar el intercambio de información y toma de decisiones es usado para dirimir discusiones, generar rumores o generar falsas opinionesy controversias. Es tan absurdo intentar llegar a conclusiones específicas con Twitter como suponer que los grandes pensadores del siglo XIX hubieran hecho sus obras discutidas con colaboradores a partir del telégrafo, aún cuando esto sea posible no se daría sin asumir una posición de crítica y análisis recto conforme a la lógica y con mejores intenciones de discurso. Por las exigencias de cada tipo de discurso siguen existiendo oficios y disciplinas como la ciencia, la diplomacia, etc.

Pero no es algo que se vaya a dar en Twitter, ni en facebook, ni en otras redes de mensajeo reducido donde se tratan de dirimir muchos asuntos mediante una holgazanería inaudita y una ignorancia desvergonzada. Por ello estoy a favor de su uso para transmitir opiniones, ideas, percepciones, ocio, etc., pero no para agresiones sistemáticas que imposibilitan llegar a un consenso, que castran la pretensión de encontrar la verdad de los hechos, que ni siquiera tienen la pretensión de causar una discusión o una polémica en términos apasionados. Por el contrario: incitan a que no haya polémica sino conflicto el cual, la mayoría de las veces, es una completa pérdida de tiempo.

Maquiavelo y Sun Tzu dicen explícitamente: el engaño es la esencia de la guerra, el engaño lleva a la victoria. Schopenhauer y Musashi ahondan en la forma de los engaños o artimañanas que en la palabra o la espada son necesarios para vencer al contrincante. Gramsci y Julio César recuerdan la necesidad de convencimiento del otro para ganar el apoyo de un aliado o la descalificación de un contrincante y así sucesivamente. Pero en todos los casos hay un objetivo que hace necesario el uso de las artimañas necesarias para ganar una guerra ideológica, teorética o concreta. Con la masificación progresiva de los medios de comunicación se hace cada vez más patente la existencia de una gran cantidad de personas que no tiene las herramientas necesarias para llevar a cabo una exposición y argumentación de sus ideas, que compra ideas o emociones que trata de defender a ultranza porque existen en sus mentes como horizontes de sentido sin saber exactamente por qué ni para qué.

La existencia de las masas no es algo inaudito en realidad me parece bastante natural y en toda la historia se han hecho referencias a ella, pero (y no por ello dejaría de ser republicano ni demócrata) despierta las formas más rancias, retrógradas y energúmenas del pensamiento humano llevándolas a la colectivización y aduciéndo que ésto es la demostración o ejercicio de la democracia. Así mismo propicia una polarización social que sólo es limitada por el mismo sistema. Revela las grandes carencias culturales y educativas del grueso de la población y, lo que es peor, no nos da una pista de cómo intentará (intentaremos) subsanarlas. Es importante encontrar una solución a través de estos mismos medios antes de que las deficiencias que denuncia sean propiciadas y propulsadas por este mismo medio de comunicación y eventualmente se trasladen al mundo concreto de acciones interpersonales en forma de violencia como ya sucede actualmente.

No sé si la humanidad ha crecido, progresado o evolucionado en lo global con estas inovaciones. Hay dimensiones donde el hombre es o parece ser el mismo ser pulsional e incontrolable de toda la historia. De todas maneras prefiero soñar e intentar que encontremos maneras de ser diferentes a ello sin desdeñar lo que hemos sido y quizá siempre seamos. En resumen es un llamado a la civilidad cuando se discuten temas que consideramos de interés público, es un llamado a tener un pensamiento crítico y no meramente descalificador, una petición a incrementar los valores cívicos en este lugar cuasi extraterritorial que es la red sin por ello abandonar la guerra por defender nuestras creencias y formas de vida (lo que somos, lo que podemos y lo que debemos ser). Es traer banderas cada vez mejores así como mejores armas para una mejor guerra (por absurdo que suene) con mejores causas y mejores metas; o, por el contrario, para quitarse un problema y dejar de luchar.

Atte. Ilyadad

Son of the TV (Anulen este 5 de julio)

 
A sólo tres días de las elecciones y con las campañas ya terminadas no queda más que hacer este recordatorio: acudan a las urnas este domingo y anulen su voto. Al menos el federal, el sistema político y el pacto social están bien estirados y tensos y esta es una lucha pacífica que bien puede servirnos para despertar del letargo (bueno pues, se vale soñar). Para los defeños y en general para las diputaciones locales les recuerdo que tienen todo un buffet de organizaciones de "izquierda" que pueden ayudar a contrarrestar el poder político-fáctico que seguramente tendrá el prianato con o sin su voto en la siguiente legislatura. Ahí se encuentra el maleadísimo PRD, el extrañísimo PSD, el perdido PT, el bizarro Convergencia y pues ya si no les gusta ninguno y andan entre la anulada y cambios drásticos recuerden que pueden poner a quien prefieran en el espacio en blanco. En cualquier caso si no saben cómo anular su voto EL CLUB DE LA PAJA les da algunos consejos para que se sientan orgullosos de haber cumplido con este acto cívico. Para el caso iztapalapense ya saben: los conmino a votar por el PT y su macuarro candidato a jefe delegacional (que será sustituído por Clara Brugada en caso de ganar) y por los candidatos de "izquierda" a asambleístas. Ahora que si son profundos Priístas o fervorosos Panistas o únicamente les convence su candidato pues vayan y participen del proceso pero lo que si les ruego es que contribuyan a eliminar el registro del Partido Verde Ecologista de México, verdaderamente la peor aberración que hay social y políticamente en este país (de Nueva Alianza mejor ni hablamos).
 

 Bueno pasando a nuestro tema, veía hace rato Terminator, la primera, la original. Desde siempre he mantenido una discusión con casi cualquier persona sobre ¿cuál es mejor la primera o la segunda? Generalmente me hallo en desventaja pues opino que la primera es mejor. Es más que obvio que la segunda tiene mejor fotografía, mejor cinta, mejores efectos (más que inovadores en su momento), mejor vestuario y muchas otras mejores cosas pero hay algo que no me gusta: el argumento. No sé, aquellas películas tuvieron mucha sencillez, fue agradable crecer cuando aun las segundas partes nunca eran buenas y no había franquicias precontratadas (lo cual hacia que las segundas partes y posteriores fueran un asco).

En fin en la memoria queda un Rocky desfasado de los 70’s, Rambo: First Blood, Terminator, Depredador (la única cuya segunda parte es genial), Duro de Matar, Arma Mortal, Las tortugas ninja, Robocop; las tres últimas me agradaron varias de sus secuelas. Bueno en gran medida le debo el crédito a Emilio Azcárraga Milmo quien se encargó de mantener los medios mexicanos en un gran atraso durante toda la década de los 90’s y me permitió ver esas peliculas una y otra y otra y otra vez como las pocas películas decentes que llegaban de los unaites. Una época con escasas series, pocas películas y muchos clásicos… e igual de idiota en los medios que el día de hoy, solo que con menos variedad.

A todo esto también debo decir que prefiero ampliamente la vestimenta del primer terminator. Por muy bien que se vea de negro no pasa en absoluto desapercibido. Y tomarlo como look hasta para la tercera se me hace absurdo. Su cara de matón con una vestimenta que parecen los harapos de rambo usados por un postpunk es bastante normal. Mira que aparecer a media noche y andar robando chamarras de cuero de primera calidad en un bar se me hace un sketch de retorcido estilo sin contar el absurdo gag de la tercera.